En Piedad entre Pecados, Elba Gowen relata la vida de una mujer, nacida en la zona rural de México que vive en una familia donde el machismo paternalista, la religon extrema pero desinformada, los usos y costumbres imperantes aun en varios lugares, en esta caso la provincia mexicana, crean el marco perfecto para que existan demonios en casa, personas que abusan física, mental y sexualmente de miembros de su familia, sin que de ninguna manera se ventile el hecho y mucho menos se denuncie.
Esta practica lleva que haya demonios en casa de generacion en generacion.
Se han realizado encuestas que demuestran que el ochenta por ciento de los casos de abusos se dan en el seno de las familias o de gente cercana, el abuso sexual intrafamiliar es así de frecuente y provoca en quien lo produce y sus víctimas un daño que puede alterar de manera significativa el desarrollo personal, social y psicosexual futuro.
Seria importante que las reacciones del entorno familiar fueran de apoyo para ayudar y atender a las víctimas a reconstruir su autoestima y salud mental.
Piedad vivió esto en secreto y soledad, cargando a cuestas el silencio, el miedo y el verdadero pecado,
Los resultados de las investigaciones son abrumadoras, una de cada tres mujeres que en su vida pasa por algun tratamiento psicoemocional, fueron victimas de abusos en su infancia y adolescencia,
Una de cada tres puede explicar su abuso y de estas el cincuenta por ciento recibieron apoyo familiar, una de cada cinco de las denunciantes fueron culpabilizadas de los hechos.
Terribles resultados, pero peor es que así como crece la población asi se multiplican los casos como el de Piedad.
Erradicar los demonios que habitan en casa, es una tarea de titanes, pero debemos comenzarla.