Deléitese con el regalo
Rezar es algo más que recitar palabras. Rezar no es algo pasivo. Es una actividad que nos lleva a actuar, a hacer lo que la Divinidad nos guiaría a hacer. Orar no pone a Dios a nuestra disposición, sino que nos pone a nosotros a disposición de Dios.
Contrariamente a las voces que nos rodean en nuestra cultura fracturada, nuestras almas se salvan en la pertenencia activa. No nos salvamos a nosotros mismos, Dios nos salva. No nos justificamos, Dios nos justifica. Paradójicamente, nos salvamos perteneciendo intencionadamente.
Entramos en una Iglesia que nos precede. Entramos en una Iglesia -una comunidad de creyentes llenos de fe- que Dios nos ha dado. Nuestra participación en la comunidad que llamamos Iglesia es realizada y activada por nosotros como individuos. La religión es tanto corporativa como individual. Somos patrocinados en ella. Dios es NUESTRO Padre, no sólo mi Padre.
Participar en la vida de la Iglesia requiere que lo hagamos reflexiva e intencionadamente, no sin pensar o de forma meramente pasiva. Sin duda, la Iglesia actúa para nosotros y sobre nosotros, pero sólo lo hace por nuestra elección libre e intencionada.
La oración es nuestra invitación a pedir al Espíritu Santo que actúe sobre nosotros y actúe dentro de nosotros. La inspiración - "in-spirit-ization"- es el resultado. Orar apaga el ruido de este mundo que nos ensordece. La oración despeja el desorden de este mundo para que podamos escuchar los susurros silenciosos del Espíritu Santo que canta su canción de amor a nuestras almas. Rezar nos "espiritiza". Nos sensibiliza y nos permite estar a disposición de Dios.
A veces se pregunta a los directores y guías espirituales: "¿Qué debo hacer cuando rezo?". La respuesta: simplemente ponte a disposición de Dios. Dale a Dios tus ojos para ver y tus oídos para oír. Reflexiona. La reflexión es la clave de todo. Se trata de dejar que Dios te lleve de la mano para que Él te muestre las cosas.
El don del P. Rosenberg es que no nos ha dado un libro de "Cómo hacer", sino un libro que nos da una visión de lo que estamos haciendo cuando rezamos. Mejor dicho, es un libro sobre lo que hacemos y lo que hace el Espíritu Santo. Cuando tomamos distancia y vemos la dinámica básica en nuestra relación con nuestro Padre, vemos que Dios ofrece y nosotros respondemos. Dios nos da el don y nosotros lo abrimos. No ocurre nada hasta que lo abrimos.
Deléitese con el regalo
show more